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Chill, sesión, colocón… ¿Qué es el chemsex?

El término chemsex, de origen británico, surge de la fusión de las palabras chems (derivada de chemicals, como alusión a las drogas) y sex (sexo).

Se trata de un tipo particular de consumo sexualizado de sustancias, vinculado a la cultura sexual gay. Se caracteriza especialmente por ser un consumo de drogas con fines sexuales, dando lugar a largas sesiones de sexo, que pueden prolongarse durante horas, o incluso varios días.

Las sesiones de chemsex pueden ser de uno-a-uno (con una pareja sexual ocasional o con una pareja estable), trío o sexo grupal. Pero también hay quienes lo practican en solitario, visionando material pornográfico o interaccionando online con otros consumidores, por ejemplo, a través de cámaras web.

En España, se utilizan términos de argot como: chill, sesión, colocón, fiesta, vicio, etc.

¿QUIÉNES LO PRACTICAN?

Se da entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres.

¿Dónde se practica?

Aunque lo más habitual es que tenga lugar en casas particulares, también se da en diferentes negocios dirigidos al público gay, como saunas, clubs de sexo, hoteles, fiestas en locales privados, locales con cuartos oscuros, festivales que disponen de áreas designadas para tener sexo, así como en zonas de cruising o encuentros sexuales al aire libre.

¿Puede ser considerado chemsex cualquier consumo de drogas en contextos sexuales?

No. El chemsex hace referencia a un tipo de consumo de drogas y patrón de comportamiento sexual concreto, vinculado a la cultura sexual gay.

Existen otros tipos de consumos de drogas en contextos sexuales, como por ejemplo el de la prostitución femenina y sus clientes, el de quienes consumen drogas mientras visionan pornografía, o el relacionado con los clubs de intercambio de parejas.

Sin embargo, las sustancias de elección, las vías por las que se consumen, el circuito por el que se adquieren, la duración de la actividad, el número de parejas sexuales que pueden participar, la prevalencia de infecciones de transmisión sexual y el riesgo de su transmisión, etc. son diferentes en cada uno de esos contextos.

¿Qué tipos de drogas suelen ser las más utilizadas en el chemsex?

Entre las sustancias que se consumen con más frecuencia en las sesiones de chemsex, se encuentran: GHB/GBL, mefedrona (y otras catinonas), cocaína, poppers, metanfetamina, ketamina, speed, éxtasis/MDMA y fármacos para favorecer la erección. Es muy habitual el policonsumo, es decir consumir varias sustancias en una misma sesión. Las sustancias utilizadas pueden variar de una a otra ciudad y cambiar a lo largo del tiempo.

Algunas de estas drogas son conocidas principalmente por sus términos de argot:

GHB/GBL | g, éxtasis líquido, chorri, potes

Mefedrona | mefe, miau-miau, sales de baño

Cocaína | coca, farlopa, tema, C

Nitrito de amilo o butilo | poppers

Metanfetamina | tina, crystal meth

Ketamina | K, keta, vitamina K, Special K

Anfetamina | speed

MDMA |éxtasis, eme, cristal*

* (En España el término cristal se utiliza para referirse al MDMA, mientras que en otros países la palabra crystal se asocia a la metanfetamina, conocida como crystal meth)

¿Por qué vías suelen consumirse estas sustancias?

Las vías por las que se administran estas drogas pueden ser muy variadas: oral, esnifada, inhalada, fumada, rectal, intravenosa, intramuscular…

El consumo inyectado, aun siendo minoritario, es el que presenta mayores riesgos para la salud, y es conocido slam o slamming.

¿Qué efectos pueden producir estas sustancias?

Consumidas en un contexto sexual, los efectos de algunas de estas sustancias pueden hacer que la persona se sienta completamente excitada, eufórica y desinhibida. Pueden presentarse dificultades para establecer límites, rechazar parejas sexuales, o abandonar la propia sesión sexual. En ocasiones se generan dinámicas que conducen a prácticas (sexuales y de consumo) de alto riesgo, así como a juegos sexuales extremos.

¿Es posible tener adicción al chemsex?

Algunas de las sustancias utilizadas en este contexto sexual, como la cocaína y la metanfetamina, tienen una gran capacidad para producir adicción. Hay sustancias que pueden producir adicción de carácter físico, psicológico o de ambos tipos. En este fenómeno confluyen además otros aspectos que pueden dar lugar a adicciones relacionadas con el comportamiento.

La combinación de estos elementos, incluyendo las sustancias, el sexo y también el papel de las tecnologías (como las aplicaciones de contactos y las webs de pornografía), junto con la soledad u otros factores de vulnerabilidad, pueden dar lugar a cuadros complejos, pudiendo requerir atención de servicios especializados en adicciones, entre otros.

¿Qué motivos pueden llevar a alguien a practicar chemsex?

Generalmente no existe un único motivo por el que consumir drogas o involucrarse en determinadas prácticas sexuales, sino que se trata de una suma de razones relacionadas con elementos individuales, comunitarios y sociales que interactúan entre sí.

Algunas de estas sustancias pueden hacer que quien las utiliza sienta excitación, desinhibición y sensación de confianza o seguridad. Hay quienes las consumen para realizar juegos o fantasías sexuales, o para reducir el potencial dolor de prácticas extremas como el fisting (penetración anal con la mano).

Además, algunos hombres viven estas prácticas como una forma de experimentar en el sexo, tener una sensación de pertenencia a un grupo, o bien utilizan el chemsex como válvula de escape para canalizar el dolor de emociones difíciles de manejar, como por ejemplo el estigma asociado a la infección por el VIH, o la sensación de soledad.

¿Es el chemsex un fenómeno muy extendido en España?

Se trata de un fenómeno predominantemente urbano, por lo que resulta más frecuente en grandes ciudades como Barcelona y Madrid, donde existe una comunidad gay relevante.

También está presente en los destinos turísticos más populares entre el colectivo gay, como Torremolinos, Maspalomas, Sitges, Ibiza, Valencia, entre otros…

Según la encuesta europea EMIS 2017 sobre conductas sexuales, dirigida a hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, en el caso de España entre los hombres que habían tenido relaciones sexuales en los últimos 12 meses, el 14,1% había usado drogas estimulantes para que el sexo fuera más intenso o durara más tiempo en ese periodo y el 7,6% lo había hecho en las últimas 4 semanas.

¿Qué relación guarda el chemsex con el VIH, hepatitis virales e infecciones de transmisión sexual?

En el contexto del chemsex es habitual que se practique sexo sin condón con diferentes parejas sexuales. Esto aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH y la hepatitis C.

Por otra parte, el uso de determinadas drogas puede afectar a la percepción del riesgo, alterando la capacidad para proteger la propia salud o la de los demás.
Todas las evidencias científicas apuntan a que el chemsex es más frecuente entre los hombres gais que viven con el VIH.

Aunque alguien reciba un tratamiento efectivo para eliminar la hepatitis C, puede volver a contraer el virus si mantiene prácticas de riesgo, y muy especialmente con el uso inyectado de drogas, conocido en este contexto como “slamming”.

¿Qué otros riesgos para la salud puede implicar el chemsex para quienes lo practican?

El chemsex se ha asociado con sobredosis, suicidios, adicciones, problemas de salud mental, agresiones sexuales, y puede además tener un fuerte impacto en la salud y bienestar sexual. En personas con el VIH, algunas drogas pueden presentar interacciones con el tratamiento antirretroviral. Se han descrito igualmente impactos negativos en el rendimiento profesional o académico, en la vida social y afectiva de las personas afectadas, así como problemas legales y económicos.

Cada sustancia y cada vía de consumo presentan riesgos diferentes. Por ejemplo, una incorrecta técnica de inyección puede resultar dolorosa y desencadenar infecciones y abscesos. El consumo combinando de sustancias de varios tipos, hace que los efectos resulten más impredecibles.

El patrón de consumo y de prácticas sexuales puede variar mucho entre unas personas y otras, así como a lo largo del tiempo para cada individuo. Mientras en algunos casos se practica de manera experimental, o de forma muy puntual, en otros la frecuencia es mucho mayor, a menudo concentrada en fines de semana. A mayor frecuencia y mantenimiento de esta actividad a lo largo del tiempo, es más probable que se presenten efectos no deseados, consumos problemáticos y adicción.

Por otra parte, no todas las personas parten del mismo punto o se encuentran expuestas de la misma manera, cuando se inician en prácticas de chemsex.

Por ejemplo, el haber tenido ya previamente problemas de salud mental o de adicciones, puede aumentar los riesgos.

¿Cómo interaccionan las drogas consumidas para chemsex con el tratamiento antirretroviral para el VIH?

Algunos de los tratamientos para el VIH pueden interaccionar con ciertas drogas utilizadas en el chemsex, modificando la manera en que se metabolizan, y dando lugar a un aumento de la concentración en el organismo de las drogas y por lo tanto de su toxicidad, lo que puede producir potencialmente una sobredosis.

¿Qué tipo de necesidades de atención pueden presentar los hombres que practican chemsex?

Las necesidades de salud derivadas de las prácticas de chemsex pueden ser muy variadas. No todos los hombres tienen el mismo nivel de información, ni el mismo patrón de consumo ni las mismas necesidades de apoyo o intervención profesional.

Hay quienes presentan consumos problemáticos más leves o puntuales, mientras que otros se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad. También puede quedar muy afectada el área social, familiar, laboral o llegar a estar en situación de exclusión social, con peligro para su integridad.

Cuando las prácticas de chemsex tienen efectos negativos y preocupantes sobre la salud, es recomendable pedir ayuda profesional.

¿Dónde solicitar apoyo profesional para abordar el chemsex y los problemas relacionados con el mismo?

El abordaje de las necesidades de salud de quienes practican chemsex puede requerir atención por parte de diferentes tipos de profesionales y servicios (adicciones, salud sexual, salud mental, etc.)

Cuando se tienen prácticas sexuales de riesgo con frecuencia, está indicado realizar pruebas de ITS cada tres meses, que pueden hacerse por ejemplo en los centros de ITS.

Los centros de atención de las adicciones son el recurso de referencia para abordar los problemas relacionados con el consumo de sustancias o con adicciones relacionadas con el comportamiento. En el caso del chemsex, con frecuencia, las demandas de información o de atención se dirigen a las organizaciones comunitarias LGTBQ+ o las de VIH, algunas de las cuales tienen servicios de atención psico-social especializados.

En los casos de cuadros graves de salud mental que requieran atención inmediata, debe acudirse a un servicio de urgencias hospitalarias.

¿Dónde conseguir más información sobre el chemsex?

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